Llevo unos cuantos años en la red. Cocinando, enseñando, compartiendo… desde unos de mis rincones, desde A freír espárragos. Pero hoy, tres años y medio más tarde tengo que confesar que se me ha quedado pequeño.
Adoro como ha ido evolucionando, adoro el buen rollo que tenemos, me encanta leer que cada vez más son los que se animan a meterse entre fogones gracias a la sencillez con la que abordamos las cosas, pero quiero más. Culinaria y personalmente hablando. No sólo quiero compartir recetas, no sólo quiero compartir técnicas, quiero remover conciencias. Aunque sí, lo sé, es utópico, eso solo ocurre en las películas. Pero si algo he aprendido con los años es a no tener que preguntarme jamás. ¿Qué hubiera pasado si...? Esa es la mayor de las torturas.
Desde que tengo uso de razón he escrito. Siempre con el lápiz y el papel a cuestas. En libretas, diarios, márgenes de libros… Y un hueco en Internet me ofrecía la oportunidad de hacerlo. Si a mi pasión por la escritura, unimos mi pasión por la cocina nace mi primer bebé, A freír espárragos. Un rincón donde enseñar, donde aprender y donde expresar mínimamente mis emociones. Sí, mínimamente, porque no puedes clavar en una receta lo que te viene a la cabeza en cualquier momento. Y por eso, tras estos tres años, sentí que me quedaba sin voz.
A lo largo del 2016 he experimentado muchos cambios en mi vida. Cambios que no hubiera imaginado, cambios que no hubiera elegido, cambios que no hubiera deseado ni a mi peor enemigo. Pero al fin y al cabo son cambios que han hecho de mí lo que soy hoy. Al igual que algunos me han roto por completo para volver a resurgir con la mayor de las sonrisas, otros me han beneficiado desde el minuto uno. Y quiero compartirlo.
LA FELICIDAD ES UNA CUESTIÓN DE ACTITUD. Ese es mi mantra desde hace muchos meses. Y quiero compartirlo, quiero difundirlo y contagiarlo.
¿Qué nos vamos a encontrar aquí? MI RINCÓN. Ni más, ni menos. Mi rincón personal. Esto no será una web de cocina vegana, aunque tendrá recetas veganas. No será un blog sobre estilo de vida, aunque te enseñaré rutinas que cambiarán tu vida. Esto no será el cajón de mis escritos, aunque será donde los guarde.
Esto será mi lugar. Mi sitio particular donde daré cabida a lo que fluye por mi cabeza en mi rincón de pensar. Y sí, también compartiré mi rincón de pensar. Porque al igual que creo que todos debemos tener una sonrisa para cualquier momento duro de la vida, creo que debemos tener un rincón de pensar, que hagamos nuestro, y donde nadie nos moleste, aunque transiten por delante cientos de personas.
Simplemente quiero escribir, quiero contar lo que me fluye, quiero inspirar a quien no sabe por dónde tirar, quiero enseñar que la felicidad está ahí, en todas y cada una de las vidas que creemos que son vidas de mierda en algún momento del camino. Y por supuesto, quiero remover conciencias.
Quiero ser ese discurso final. Quiero ser ese discurso emotivo y sentido que hace que nos planteemos cosas impensables, que hace que miremos al mundo de otro modo y que hace que lo agarremos por los hombros y le digamos. ¡Eh! Estoy aquí. Simplemente quiero aspirar a ser un amago de ese discurso que emociona, respiga y motiva.
Y eso es lo que nos vamos a encontrar aquí.
Social Icons