- Por salud. Los alimentos de origen animal nos sientan mal y decidimos desterrarlos de nuestra dieta.
- Por ética. Nos dan penica los animales y no entendemos por qué en el mundo occidental nos llevamos las manos a la cabeza ante la idea de comer perro o gato pero, sin embargo requetechupamos los huesos de cordero, pollo, cerdo, ternera... etc
- Mejora de la salud. Nunca he comido mal. De hecho siempre me he cuidado en mayor o menor medida. Antes abusaba más de los fritos, cierto, pero trataba de comer de forma equilibrada y no concebía mi desayuno sin su agua con limón, zumo de naranja y kiwi. Este era mi desayuno habitual. Muy mediterráneo y saludable, ¿verdad? Pues aún así todos los años pasaba por 4 o 5 catarros e infecciones de garganta. Tengo la garganta muy sensible. Hasta el punto de que se me irrita si un día hablo un poco más alto de la cuenta porque el bar de turno está abarrotado. Bien, desde que cambié mi alimentación en febrero de este año 2016, no me he puesto mala ni una vez. ¡Ni una vez! Tan sólo he tenido un pequeño resfriado una semana en la que dejé de cuidarme por un disgusto. Nada más. Estamos a punto de terminar el año y estoy más sana que una manzana. ¿Casualidad? No lo creo.
- Pérdida de peso. Es algo que no buscaba, pero sucedió. Es normal. Quitando los ingredientes de origen animal eliminamos las grasas saturadas. Ingerimos más fibra por las frutas y las verduras, etc. He de matizar aquí también que al poco de comenzar con esta alimentación sufrí una racha muy mala en lo que a lo personal se refiere y también influyó. Pero si lo ponemos en cifras diré que perdí 9 kilos. Calculo unos 7 por la alimentación y otros dos en esa época mala. Sí, me quedé en nada. Pasé de 48 kilos a 39. Pero si tenemos en cuenta que mido metro y medio no es tan alarmante. Y lo alucinante es que, si bien siempre tuve complejo de delgada, ahora es cuando menos complejo tengo y cuando más a gusto me siento conmigo misma.
- Reducción de celulitis. Esto fue alucinante. Al mes de suprimir los alimentos de origen animal pude comprobar como la celulitis se había reducido en un 80%. Recuerda lo que hablamos antes de eliminar las grasas saturadas y aumentar las frutas y verduras frescas. En definitiva, seguir una alimentación más saludable. Es curioso porque cuanto más te cuidas, más quieres cuidarte. Y si bien antes era fan absoluta de las patatas fritas, ahora tiro más de ensaladas y si hago patatas las hago al horno.
- Uñas y pelo más fuertes. Siempre, siempre, siempre, había tenido las uñas que parecían Blandiblú. Me las doblaba con cualquier gesto, y me daba una grima que me moría. Ahora tengo las uñas de una persona sana. ¿Coincidencia? Puedo asegurar que no.
- Piel más sana. Los malditos anticonceptivos orales también me habían dado algún que otro problemilla de acné (por decirlo suavemente), pero desde que como mejor e incorporo germen de trigo (esta es la clave, apúntatelo) en mis batidos por la mañana, se ha acabado.
- Aumento de la energía. Creo que en esto influyen muchos los lácteos. A mí me daban mucha pesadez. De peque desayunaba mi colacao como la mayoría de los mortales, pero me sentía hiper pesada. Y cuando empecé a desayunar té me sentí mucho más enérgica. Ahora mi desayuno es un smoothie y puedo asegurar que nunca me había sentido tan bien.
- Más vitalidad. Quizá se puede confundir con el punto anterior, pero no sabía cómo llamarlo. En este punto quiero reflejar la frase que me dijo mi madre en su día cuando ya había cambiado la alimentación por completo. Hija, tienes un brillo en la mirada que antes no tenías. Y es cierto. Energía, vitalidad, alegría... Sólo sé que ahora voy sonriendo por la calle como una imbécil, aunque claro, eso tiene mucho que ver también con lo que contaba aquí.
- Paz interior. Quizá suene muy rollo zen esto, pero saber que nada de lo que comes daña a ningún animal, mola. Mola mucho no tener cadáveres encima de la mesa.
Foto de Muel Fotógrafo
Si hay algo que nos caracteriza a los asturianos es la gana de folixa, fiesta, juerga o parranda. Y si hay algo que nos caracteriza a los gijoneses es que, cuando hacemos algo a lo asturiano, lo hacemos por mil. Que se note, no nos andamos con chorradas.
Sí, cualquier asturiano o gijonés que se precie protestará ante la creencia internacional y nacional de que los españoles solo sabemos estar de marcha y dormir la siesta, y de que los asturianos siempre estamos empinando el codo. Protestaremos, sí, pero no falta verdad.
Nos gustan más los saraos que a un tonto un lápiz, y hacemos que se note. Ahora bien, al igual que nos gusta tomarnos nuestras sidras, cañas ,vinos, etc… nos gusta acompañarlos de unas buenas tapas. Y es que, quizá esté mal que yo lo diga, pero la gastronomía asturiana puede presumir de ser de las mejores (ahí lo dejo para no dármelas de prepotente y que cada uno recoja su propio testigo) de España, si no del mundo. Y voy a marcarme un Manolito Gafotas para no pecar tampoco de arrogante y que parezca que lo digo de cachondeo. De las mejores del mundo mundial.
Por eso raro es venir a Asturias y no encontrar un "tinglao" montado.
Para los amantes del vino, los Certámenes de Pinchos de Gijón y Asturias; para los cerveceros el Oktoberfest y el Summer Beer Festival; y para los que prefieren unos culinos, Gijón de Sidra. Todo eso con sus tapas correspondientes, por supuesto. Que aquí si hay algo que sabemos hacer es comer y beber, y siempre van de la mano para evitar abandonar la fiesta antes de tiempo.
Gijón de Sidra es un evento gastronómico que celebramos durante 10 días en el mes de Octubre coincidiendo con las Fiestas del Pilar. Este año, en su octava edición lo celebramos del 6 al 16 de Octubre.
En estos días, 45 sidrerías darán a conocer los palos de sidra de los 44 llagares inscritos, así como las mejores tapas realizadas en exclusiva para el propio certamen. Se trata de cazuelinas y cazuelonas. El precio de venta al público es de:
- 2’70 € una botella de sidra.
- 3’70 € por una cazuelina (la tapa propuesta por cada sidrería, para comer entre 2 personas) y una botella de sidra.
- 4’70 € por una cazuelona (la tapa propuesta por cada sidrería en versión maxi para comer entre 3-4 personas) y una botella de sidra.
Vamos, que con lo exagerados que somos aquí para la comida con un par de cazuelinas ya cenas y marchas contento para casa.
Lo bueno que tenemos los asturianos es que no dejamos nada al azar, nos gustan las cosas claras. Así que también contamos con un sidromapa donde localizar todas las sidrerías participantes con sus respectivas tapas.
Puedes descargarte el sidromapa AQUÍ.
Y para más inri contamos con un Sidrobús. Un autobús que te llevará por las sidrerías participantes por el papo, simplemente con la condición de que lleves el pañuelo del certamen contigo. Al cuello en plan motivado o donde te dé la gana.
En la presentación de este nuevo Certamen en el recinto del Pueblo de Asturias hemos podido probar la mejor tapa (La Pumarada) del año pasado, y la sidra ganadora (Sidra Fran). Y doy fe que el nivel está muy alto. Porque sí, esto es un concurso señores. Mejor sidra, mejor tapa, mejor sidrería… así que la calidad está garantizada.
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Solo tres palabras GIJÓN DE SIDRA.
¡Nos vemos en los bares!
Puedes obtener mucha más información de gente más seria e informada aquí.
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