Smoothie, cómo hacerlo para que salga perfecto y receta

martes, 22 de marzo de 2016




Si pregunto ahora mismo cuál es la bebida de moda, seguro que a nadie le viene a la cabeza la Coca-cola, ni el Bi-Solán, ni el Nespresso de George Clooney. Seguro que nos viene a la mente el smoothie, ¿me equivoco?

Y es que las modas son tan odiosas... que en cuanto sale una o caes o te vuelven loca.

Odio las modas. Soy totalmente atemporal. Si algo se pone de moda yo dejo de usarlo y lo uso, si me apetece, cuando ha pasado. Sé que debería cambiarlo, pero no lo puedo evitar.

Ahora bien, si la moda en cuestión es tan beneficiosa como la de los smoothies pues... ¡allá voy!

Los smoothies son batidos de fruta o de fruta y verdura principalmente. Aunque actualmente se suelen asociar más a estos últimos. Están de moda los green smothies o smoothies verdes porque sus beneficios son mayores. La fruta es una opción saludable, está claro, pero no deja de ser rica en azúcares por lo que debemos consumirla con cabeza.

Lo bueno de los smoothies es que, al estar hechos con ingredientes crudos (sí, como todos los zumos), aprovechamos todos sus nutrientes.

Pero seguro que esto ya lo sabías, ¿verdad? Así que déjame ir directamente al grano y aclararte unas dudas que, si eres como yo, se te habrán pasado por la cabeza.

¿QUÉ LLEVA UN SMOOTHIE?

Mientras hagas un batido de fruta, o fruta y verdura, puedes agregar lo que te dé la gana. Pero los ingredientes básicos y algunos de los más comunes son:
  • Base líquida. Agua, leche, bebidas vegetales... Lo que tú prefieras. La base líquida en necesaria para poder beber el smoothie. Si no echáramos una base líquida obtendríamos una base demasiado espesa que tendríamos que comer casi, casi a cucharadas. Se pueden hacer smoothies partiendo de agua, bebida vegetal (de avena, de almendras, de arroz, de soja, de alpiste...), o leche, según si lo quieres más o menos ligero, o según si sigues una alimentación vegana, vegetariana u omnívora.

  • Verduras. Como te he comentado antes no son imprescindibles, se pueden hacer smoothies a base de frutas pero, si lo que quieres es un batido saludable, las verduras harán que lo sea aún más. Puedes utilizar verduras con sabor neutro para que apenas se note más que el color. Con todo el sabor de la fruta no notarás el sabor de la verdura.

  • Frutas. Lo ideal es escoger fruta de temporada a la hora de elaborar los batidos. La fruta de temporada es más barata y sabrosa porque está en su punto óptimo. Accede a mis calendarios de temporada para que te resulte más fácil. La fruta será la causante de que tengas que echar mayor o menor cantidad de base líquida. No es lo mismo echar un plátano que una naranja, ya que la segunda tiene muchísimas más agua que el primero. Así que si echas una fruta rica en agua, tendrás que reducir la cantidad de base líquida y viceversa.

  • Semillas. Se trata de un ingrediente opcional. Se han puesto "de moda" gracias a la alimentación vegana, porque son ricas en fibra, grasas saludables, vitaminas, proteínas y minerales. Déjame aclararte que no todas las semillas son ricas en lo mismo, al igual que las frutas y verduras. Unas tendrán más proteínas, otras más ácidos grasos esenciales y otras más vitaminas. Pero lo que está claro es que son un excelente aliado para el organismo. Son imprescindibles en una alimentación vegana porque aportan nutrientes que no podrían consumirse de otro modo. Un ejemplo de ello son los ácidos grasos que, en una alimentación sin restricciones proporcionaría el pescado azul. Cuando hablamos de semillas hablamos de semillas de lino, de chía, de sésamo, de amapola... Hay multitud de ellas. ¿Y qué? ¿Las incorporamos al batido sin más? Sí y no. Hay semillas que son más difíciles de digerir por el organismo y, sin un tratamiento previo (o remojo o triturado), tal como entran, salen. Pero simplemente con ese remojo previo o triturado de la semilla, ya están listas para usar. Podríamos añadirlas a la batidora y triturar con todos los ingredientes, pero son tan pequeñas que a veces las aspas no las pillan, por lo que una ayuda adicional, no está de más.

  • Frutos secos. Es otro ingrediente opcional. Como te he dicho, los smoothies admiten de todo. Así que si quieres hacerlo aún más nutritivo puedes añadir unos frutos secos. Nueces, cacahuetes, anacardos... Lo que sí te aconsejo es que uses frutos secos crudos, porque los fritos y con sal no son tan beneficiosos para la salud e hinchan un montón.

  • Superalimentos. Seguro que habrás oído hablar de ellos, y si no lo has hecho, escucharás a Chicote en breve en la tele.  Se trata de ingredientes opcionales con grandes propiedades nutritivas. Son muy conocidos las bayas de goyi, el germen de trigo, el cacao puro en polvo, espirulina, semillas de lino (que ya hemos visto en el apartado anterior)...

  • Endulzante. Personalmente no echo endulzantes a mis batidos, porque la fruta me aporta todo el dulce que necesito. Pero si te gusta que esté bien goloso, puedes añadirlo en diferentes formas. Sabrás que el azúcar blanca no es la opción más saludable. Pero hay muchas más opciones, como el azúcar integral de caña (panela), stevia, sirope de ágave, miel... O incluso unos dátiles. Las opciones son infinitas.
Básicamente estos son los ingredientes que se suelen echar pero, como siempre, puedes jugar con ellos. Puedes eliminar, añadir sustituir... ya sea en busca de más cremosidad, dulzor, vitaminas... Hay quien además de la base líquida incluye ingredientes que aporten cremosidad como yogur, helado, queso crema... pero a mí eso ya me parece rizar el rizo, porque lo veo más como un batido normal, como este que te enseñé en su día. Aunque para gustos los colores.

¿CÓMO HACER UN SMOOTHIE SIN GRUMOS?

He querido matizar ese "sin grumos" porque a mí me traía por el camino de la amargura. Este truco que te voy a contar ayudará, pero además, para deshacerte de los grumos tendrás que tener en cuenta el siguiente apartado.

Los grumos de los smoothies suelen proceder de las hojas verdes que echamos al batido. Como son más fibrosas, cuesta más homogeneizar estas fibras. Por eso te recomiendo que hagas el smoothie en dos pasos.

  • Haz la base verde. Echa en el vaso de la batidora las hojas verdes (espinaca, mezclum, canónigos...) y un poco de agua, leche vegetal o el líquido que quieras. Tritura bien, unos 20-30 segundos.

  • Añade el resto de ingredientes y tritura. Asegúrate de que la verdura está bien triturada e integrada con el líquido, añade el resto de ingredientes y tritura durante 50-60 segundos.

Como ves es muy fácil integrar verduras al batido. Al hacer la base verde no nos va a costar nada y, si usas verduras con poco sabor, como las espinacas, apenas lo notarás más que en el color.

¿QUÉ APARATOS NECESITO PARA HACER UN SMOOTHIE?

Este es el único y pequeñito inconveniente que tienen. Para hacer un smoothie sin grumos y cremoso necesitarás...

  • Una batidora de vaso potente. Una batidora de vaso son esas en que el mecanismo viene en una base donde se coloca el vaso, se cierra con la tapa y se pone a funcionar. No es la típica batidora de brazo en la que hacemos la mayonesa. Siento decirte que con estas batidoras el resultado no es el mismo ni parecido. Por lo menos a mi no me ha resultado. Sí, podrás hacer smoothies igual, pero para que no quede ningún grumo deberás colarlo, perdiendo así parte de sus propiedades. Además de con la batidora de vaso pueden hacerse con robots de cocina, como la Thermomix (aquí es donde los hago yo), o cualquier otro que incorpore la opción la opción de triturado.

  • Un molinillo de café (opcional). ¿Recuerdas que te dije que para digerir las semillas hay que remojarlas o triturarlas? Yo no tengo paciencia para esperar el remojo (son apenas 5 minutos, pero soy un culo inquieto), por lo que las trituro. Como la batidora no las pilla, lo que hago es utilizar un molinillo de café, que cuestan 10 € en Amazon.

Igual te estás preguntando por qué no los hacemos en licuadora. Un smoothie no se hace en licuadora, si no que se tritura para aprovechar los ingredientes en su totalidad. Las licuadoras están bien pero desperdician mucho producto. Hay algunas que sólo desechan la piel, pero hay otras que desechan la piel y lo que les sale por las narices.

¿No es bueno comer la piel?

Sí, la piel de la fruta es muy beneficiosa (manzanas, peras...) y es donde se concentra la fibra, pero yo si no es fruta ecológica no la como. Seguro que no te pilla de nuevo la cantidad de pesticidas y porquerías que se echan para su cultivo. Por eso no la como. Lavarla debajo del grifo no me parece suficiente y trato de evitarlo lo más que puedo.

¿Y no has pensado en comprar fruta ecológica?

Por supuesto, pero con la cantidad de frutas y hortalizas que como y el precio al que están me resultaría imposible.

¿DEBO GUARDAR UNA PROPORCIÓN DE FRUTA-VERDURA?

Encontrarás muchas teorías por ahí de que un green smoothie debe llevar el 60% del peso en forma de verdura y el 40% en forma de fruta... etc. Vale, me parece bien, pero yo vengo a decirte que lo hagas como quieras. Dejémonos de tantas normas y restricciones y vamos a disfrutar de la comida.

Para hacerte un smoothie lo único que tienes que tener son ganas de tomarte un batido saludable. Además, esta teoría del peso no creo que se sostenga mucho, y si no piensa. Si quiero hacer un smoothie con naranja y espinacas, ¿cuántas espinacas tendría que echar para cumplir la proporción?

¡Una barbaridad!

Así que no te rompas la cabeza y disfruta. Siempre que te hagas un batido trata de echar verduras. Además, si las incorporas en la base líquida como te he dicho, no te va a costar nada.

Y ahora déjame enseñarte un ejemplo de smoothie. Este es uno de los que me hago habitualmente porque me va genial, me proporciona energía y el pepino y el germen de trigo es fantástico para la piel. Pero recuerda que puedes hacerlo como quieras.

A mí me gusta innovar cada día, y echo cualquier fruta u hortaliza que tenga en la nevera. Pepino, tomate, remolacha, apio, fresas, manzana, kiwi... lo que pille. Pero si a ti te da un poco de miedo innovar porque no acaba de convencerte esta moda y quieres saber recetas que sepas que están ricas, déjame un comentario y te traeré recetas de smoothies según vaya descubriendo.


Ingredientes:
  • 30 gr de espinacas (1 puñado).
  • 100 ml de "leche" de avena (sustituye por agua, leche o cualquier bebida vegetal).
  • 100 gr de pepino (un pepino pequeño o medio normal).
  • 30 gr de apio (un trozo).
  • 1 naranja.
  • 1 pera.
  • 1 cucharadita de germen de trigo.
  • 1 cucharadita de semillas de lino.
  • 1 cucharadita de semillas de chía.

Elaboración:
  • Echa las espinacas y la leche de avena en la batidora. Tritura durante 20-30 segundos hasta que se haya formado un zumo verde. Reserva.
  • Pela la naranja, el pepino y la pera. Descorazona la pera y añade todo en trozos gruesos (para ayudar un poco al aparato) al vaso de la batidora.
  • Lava el apio y agrégalo.
  • Tritura las semillas de lino y chía en un molinillo de café y añade.
  • Echa la cucharadita de germen de trigo.
  • Tritura todo durante un minuto.
  • Sirve.


Notas.
  • Puedes cambiar las espinacas por mezclum, canónigos, berros... Con estas opciones te quedará menos verde, pero se notarás más el sabor a verdura.
  • Si no tienes molinillo de café o prefieres remojar las semillas, échalas en un vaso y cúbrelas de agua. Déjalas entre 5 y 10 minutos, hasta que veas que sueltan una especie de moco transparente y añade a la batidora.
  • He puesto cantidades para que tengas una guía, pero son relativas. Yo no peso los ingredientes. Echo un puñado de espinacas, un trozo de pepino, un trozo de apio... etc.



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Gratín de coliflor y brócoli

viernes, 11 de marzo de 2016




¿Cuál es tu comida favorita?

Seguro que ya la has visualizado y estás babeando con la imagen perfecta que te has formado en la cabeza.
¿Sabes cuál es la mía?

Ninguna.

¿Es triste? Quizá. Pero jamás he tenido comida favorita. Me gusta tanto la comida, y comer, que soy incapaz de decidirme. Soy de esa clase de personas que, cuando se alojan en un hotel con pensión completa y buffet, se llena el plato de mejunjes imposibles.

Como me gusta todo no me decido por nada. Podría probar hoy una cosa y mañana otra pero... ¿y si mañana ya no hay lo mismo? Habría perdido la oportunidad de probarlo. ¡Y no podría vivir con ello!

No tengo comida favorita, pero sí que me da por comer X o B cada cierto tiempo. Podríamos decir que tengo diversas comidas favoritas diferentes a lo largo del año, o incluso de la semana.

Así que a día de hoy puedo afirmar con total rotundidad que mi comida favorita es la que te traigo. El mes que viene ya hablaremos.

Aunque el título no te llame la atención...

¡No te dejes engañar!

Esta receta ha conquistado a más de un carnívoro confeso. A más de un detractor de la coliflor y del brócoli. Y es que preparado así... ¡ES LA BOMBA!

Tengo que decirte que si quieres  hacer esta receta y que te salga de estrella Michelín, has de hacer el queso para untar vegano. Aunque luego la termines a tu manera. Pero ese queso es la clave del éxito de este gratín.
¡Manjar de dioses!

Ingredientes (para 2 personas):
Para la bechamel:
Para gratinar:

Elaboración:
  • Prepara la bechamel, tal y como te enseñé en esta entrada, y te volví a explicar en  este vídeo y reserva. También puedes hacerlo en el orden que te enseño en el vídeo para ganar tiempo.
  • Corta la coliflor y el brócoli en ramilletes. Si son muy grandes divídelos en dos.
  • Yo te he puesto esta cantidad para dos personas, pero puedes calcular la que quieras. Simplemente llena el plato que vayas a usar con la cantidad de hortalizas en crudo que vayas a comer. Como apenas perderá volumen al cocer, eso es lo que ocupará en el plato posteriormente.
  • Pon abundante agua a ebullición y añade una cucharadita de sal. Vierte la coliflor y el brócoli en ramilletes con cuidado de no quemarte y deja cocer durante 5-10 minutos. Han de quedar tiernos pero que ofrezcan una pequeña resistencia. A eso se le llama cocer "al dente".
  • Una vez listos, aparta del fuego, escurre el agua y reserva.
  • Corta medio tomate en rodajas finas y distribuye en el fondo una o dos fuentes aptas para horno (dependiendo de si vas a hacerlo en una fuente grande o en dos individuales).
  • Pon encima del tomate la coliflor y el brócoli entremezclados.
  • Cubre con el queso para untar vegano y mezcla para que las hortalizas se impregnen bien con él.
  • Echa la bechamel que tenías reservada por encima. Y sobre ésta añade unas cucharaditas de queso en polvo vegano.
  • Lleva al horno y gratina a 200ºC hasta que el queso esté doradito. Recuerda que el queso en polvo vegano no funde. Así que no esperes por ello.
  • Sirve.

Notas.
  • Puedes usar pimienta negra o blanca. Para la bechamel se usa blanca por el color, para no "ensuciar" la salsa. Pero personalmente, por sabor, me gusta más la negra. 




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"Queso" en polvo vegano

lunes, 7 de marzo de 2016



Mal que nos pese y a pesar de que me van a llover críticas tengo que dejar constancia de que los lácteos no son saludables. No, lo siento, no lo son. Puedo ponerme aquí a echar el rollo de que el ser humano es el único animal que toma leche tras el período de lactancia, pero me parece una obviedad y no quiero convencer a nadie. Creo que, personalmente, a día de hoy me pesan más las razones basadas en los antibióticos que se suministran a las vacas para multiplicar la producción de leche.

La alimentación vegana ha cambiado mi vida en lo que a mi salud se refiere. Aunque he adelgazado (cosa que a mí no me hacía falta, soy una tirillas), he adelgazado grasa, y hace que me sienta mejor. No por el aspecto físico (cosa que también), si no en el ámbito de la salud.

Quizá no sea muy ortodoxo hablar de esto por aquí, y debería hacer un vídeo contándote mi vida pero... viene a cuento de la alimentación vegana, así que... ¡arreando!

Como te decía antes soy una ruina, pero 45 kilos (antes 48) y mido metro y medio. Pero aún así tenía muchísima celulitis en las piernas. ¿Raro? No, las delgadas también sufrimos de eso. ¿Estoy hablando solo de algo físico? No. Porque este problema era tal que hasta me dolían las piernas una barbaridad cuando me rascaba o me daba un mínimo golpe.

¿Ves que hablo en pasado? No es un error. Es porque desde que me he pasado a este tipo de alimentación (por temas de conciencia) este problema se ha reducido en un 80%. Déjame puntualizar además que he comenzado con esta alimentación este año 2016 y mira a qué día estamos. Y no solo eso, los beneficios los he notado al mes y medio de haber empezado. Simplemente un día me miré el culo y dije...

¡Uy! ¿Y mi celulitis?

Tal cual te lo cuento, tal cual es. Evidentemente aún me queda un poquito, pero poquito, y solo se aprecia si aprietas la carne. Además, viendo este resultado que se dio sin venir a cuento me he animado otra vez con el deporte para recuperar esos 3 kilos en forma de músculo.

¿Qué por qué te echo este rollo? Porque me ha salido así a cuento de la receta vegana que te traigo hoy. Además es una información que a mí me habría gustado que me transmitieran durante estos años que he tenido este complejo.

Espero que esto no levante polémicas sobre los cánones de belleza a los que nos someten los medios de comunicación ni nada por el estilo. No estoy defendiendo nada de eso. A mí me gusta mejorar, sentirme mejor conmigo misma y esto lo ha hecho, y lo mejor de todo es que he dado con ello sin pretenderlo tras años de cremas, masajes, gimnasios, dietas, presoterapia, aparatos succionadores, de electroestimulación... etc.

Y ahora vamos a lo que vamos. Si como yo compartes este estilo de alimentación, o si eres omnívoro pero te gusta contar con opciones saludables y diferentes, te presento esta receta. Es la otra que tenía pendiente enseñaros de mi Biblia, Corán o como lo quieras llamar que es Danza de Fogones. Con esta receta y la del queso vegano, no echo para nada de menos los quesos a base de lácteos.

Esta receta la encontrarás en la red y en la página de estos chicos por el nombre de "queso parmesano vegano", pero yo no he podido concretar. A mí no me sabe a parmesano aunque en ocasiones sí que puede darse un aire, pero no te voy a engañar. El queso parmesano es mi favorito y no podría compararlo. Por eso yo he optado por generalizar con el nombre. Lo que sí te prometo es que es una gran opción para sustituir el queso en polvo. La única limitación que tiene es que este queso no se funde como los demás quesos en polvo. Pero no es ningún problema. Puedes utilizarlo también para gratinados porque lo que sí hace es quedar tostadito.

Ingredientes (para 180 gr de queso):
  • 150 gr de anacardos sin sal.
  • 25 gr de levadura de cerveza o levadura nutricional.
  • 1 cucharadita de sal fina.
  • 1 cucharadita de ajo en polvo.

Elaboración:
  • Mete todos los ingredientes en un robot de cocina o procesador de alimentos y tritura hasta hacer polvo. Puedes jugar con el grosor del mismo dependiendo de si te gusta más o menos tosco.
  • Guarda el queso en un recipiente hermético y adaptado a la cantidad y resérvalo a temperatura ambiente en un lugar fresco y seco. Dura muchísimo.

Notas.
  • Puedes utilizar cualquier otro fruto seco porque la levadura junto con el ajo en polvo es lo que simula ese sabor a queso.
  • Si usas otro fruto seco procura que no tenga sal, ni piel, y que tenga un sabor neutro, como los anacardos.
  • Además te recomiendo que si comes frutos secos habitualmente procura evitar los frutos secos fritos y con sal, ¡hinchan una barbaridad!


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